“Con Junts no funcionan los chantajes ideológicos”. Así ha respondido el expresident y líder de Junts, Carles Puigdemont, a la polémica surgida por el ‘no’ de última hora de sus diputados en el Congreso de los Diputados a la tramitación de la propuesta para regular de los alquileres de temporada. En un mensaje en las redes sociales, Puigdemont ha recordado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que no dispone de una mayoría en la Cámara baja y ha advertido de que la negociación no puede hacerse “con vocación de alfombra donde secarse los zapatos antes de entrar en casa”.
“No sudar la camiseta intentando ganar cada voto es el camino más directo al fracaso. Nuestros votos no los pueden dar por descontados”, ha añadido, tras pedir a los socialistas que “hagan memoria”. Según Puigdemont, en el PSOE no se pueden hacer ahora los “sorprendidos” porque considera que ya le avisaron.
La respuesta de Puigdemont llega después de que el partido haya recibido múltiples críticas por su voto contrario a la propuesta impulsada, entre otros, por el Sindicat de Llogateres, que incluso ha convocado una manifestación delante de la sede de Junts en Barcelona.
Incluso la ANC ha tachado de “gravísimo” que se vetara la tramitación de la propuesta en el Congreso y ha recordado que los posconvergentes participaron en la manifestación de la Diada en Barcelona, que reclamaba el “derecho a una vivienda digna”. “Los alquileres de temporada encarecen su precio y agravan el problema. Que Junts se oponga con el PP a limitar su precio es un hecho gravísimo”, ha subrayado la entidad independentista.
Horas antes de la votación, los posconvergentes habían anunciado que se abstendrían, pero finalmente se sumaron al bloque de PP y Vox para evitar que la proposición de ley empezara a tramitarse en el Congreso. El partido defiende que modificaron el sentido del voto al saber que el posicionamiento a favor del PNV y Coalición Canaria permitiría que el texto superara el primer trámite.
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Junts argumentó que el texto invadía competencias de la Generalitat de Catalunya y que trataba de solucionar un problema con “demagogia”, pero su voto contrario también fue interpretado como un movimiento de Junts para mandar una clara advertencia al PSOE a las puertas del inicio de la negociación de los Presupuestos Generales del Estado.
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